Mírame, mira a tu alrededor. Que me apuesto
toda una vida contigo a que no encuentras a nadie que te quiera tanto como lo
hago yo. Solo tienes que escuchar. Detente. No corras. Solo escucha. Escucha
como mis manos acarician tu espalda. Tu olor. Ese olor que distinguiría en
medio del océano, en medio de cien mil personas, en medio de la nada. Tu
sonrisa. Esa sonrisa que rendiría a sus pies a cualquiera que se le pusiera
delante. Solo tienes que escuchar. Escucha el susurro que sale de tus labios
sin pensar. Escucha como mis dedos recorren tu espina dorsal o como un
cosquilleo sube por tu espalda hasta el final de tu nuca. Mírame
mira a tu alrededor. Que me apuesto toda una vida contigo a que no encuentras a
nadie que te quiera tanto como lo hago yo.
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