Me pregunto si cuando dejemos de hablarnos encontrarás a
alguien que sepa saborearte tanto como yo, y si
cuidarás los recuerdos, si les dejarás su espacio, y si los querrás
como los he querido yo. ¿Y si acaban en la basura? Me
atormenta esa idea. Pienso en mirar a mi alrededor y en no reconocerme, o
en no reconocerte a ti. Hacerme a
suelos nuevos que tú
nunca has pisado. Y dejarás
de imaginarme viendo la tele en el sofá,
porque ya no sabrás
en qué salón
estoy. Y me da pánico
pensar donde estarás
tu, o peor con quien estarás, porque no hay peor tortura que las
dudas. No te quejarás tras una sonrisa de las arrugas de mi
cama, porque ya nunca sabrás
de qué color son las sábanas.
No verás mi taza del desayuno, porque seguramente
también la olvide junto al cubo de la basura. No me verás con mi vestido nuevo ni pensarás en cómo
llevo el pelo, ni estarás para regañarme por llevar tacones de vértigo.
Terminaré por ser algo lejano que tal vez ni haya existido. Y cuando pases por
estos lugares, mirarás a
mi balcón y estallarás en recuerdos. Bueno… ¿Sólo cuándo pases por estos lugares? Y
cuando escuches aquella canción,
y cuando vayas a aquél bar, y cuándo
esperes una respuesta que nadie dice… O mejor, cuando el aire te traiga mi
olor, cuando me imagines en la playa, en el cine, con un libro, riendo por la
calle, tomándome
una cerveza.. Pero ahora empieza algo nuevo, sí. Y algún día, me gustaría verte por ahí, por ahí...
Pero de momento sólo voy a pensar en ponerme aquella falda tan
bonita de la playa y ver como alguien se compra una parecida.
En que tengo ganas de hablar y suena el teléfono, en subirme a unos tacones y ver que no soy la única que ve el mundo desde las alturas. Últimamente
comparto demasiadas cosas y lo hago sin querer. Pero me encanta. Que me miren y
me lean el pensamiento, que sepan cuándo
es buena idea dejarme sin siesta y que no me pregunten qué es lo que me pasa.
Ser un libro abierto con ciertas personas, evitarme el coñazo de explicar el por qué de muchos de mis
actos que ni siquiera yo entiendo. Que me
entiendan con una sola mirada, y ser yo la que decida quién puede visitarme a
malas horas. Y con todo esto, estarás buscando a alguien que vuelva a ser como antes. Pero con el tiempo acabaras entendiendo que
si te aferras a alguien por acompañar
tu soledad, irremediablemente acabarás
deseando no ver a verlo más, porque
los remplazos no existen.
Entonces aprenderás
que cada experiencia vivida con cada persona, es IRREPETIBLE. Y que aunque ahora seas
feliz con nuevas personas a tu lado que merecen la pena, seguirás añorando terriblemente a los
que ayer estaban contigo. Pero esto solo lo sabrás cuando te pase a ti. Con todo esto puedo
decir, que aparte de los recuerdos que siempre se
quedarán conmigo, puedo sonreír al pensar que un día no muy lejano, fui la persona más importante de su mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario