(Marisol Tenorio)

viernes, 19 de julio de 2013

No tenían muchas cosas en comun, sus edades eran distintas,sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura, casi nunca pensaban igual,tenian ideas muy diferentes ,ella era dueña de si misma ,el era un inseguro. La vida les sonreia, (esa era una de las pocas cosas que podian compartir) y bueno sus manos, parecian haber sido hechas como piezas exactas para encajar una con otra, y asi les devolvian la sonrisa a la vida,con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección,como quien espera más de lo que tiene.

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