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Solo quiero decirte que para mi fuiste todo cuanto
necesitaba. Eras la ilusión que me hacía sentir viva. Eras esas ganas de
sonreír sin motivo alguno. Eras la fuerza y la esperanza que me mantenía con
fuerza. Eras levantarme cada mañana pensando en ti. Eras esa felicidad que sólo
conseguías provocarme tú. Eras esas mariposas en el estómago cada vez que
pronunciaban tu nombre, o cada vez que alguien decía algo tuyo, o cada vez que
estaba contigo, o cada vez que me llamabas a la noche. Eras decir "él me
entiende". Era abrazar todos los días tu sudadera, y oler tu perfume, era
pensar que estabas conmigo. Era decir "en las buenas y en las malas, aquí
me tienes". Era... joder, que yo me sentía la persona más feliz sobre toda
la faz de la tierra cuando me sonreías o cuando me decías cosas bonitas. Yo me
sentía una princesa cada vez que me decías "te quiero" o cada vez que
me decías "solo tuyo". Tus abrazos... los tuyos, los de nadie más.
Nunca me habían abrazado de esa manera, lo prometo. Nunca nadie me había
abrazado con ese amor que sólo tú podías darme. Me encantaba sentir tus labios
sobre los míos, que me mordieras los labios, y que luego sonrieras. Que me
movieras el pelo de un lado a otro, y que luego me sonrieras. Que me dijeras lo
guapa que estaba aunque llevara ropa de mi madre. Los paseos a la noche, las
risas, las lágrimas, la ilusión, los "te quiero", las putas ganas de
abrazarte, las noche hablando... Y todas esas cosas que he vivido contigo, que
sólo tú me has conseguido hacer sentir.
Recuerda
una cosa: Has conseguido hacerme la persona más feliz del mundo.
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